¡Buenas banda! Estamos de vuelta para compartir con ustedes una de las polémicas más interesantes que ha surgido a partir de nuestras últimas participaciones en foros de emprendimiento.
Algunos de ustedes recordarán que estuvimos en Talent Night el pasado mayo y el que no recuerde lo invitamos a leer el blog de #DATLASenTN o a ver nuestro primer videoblog que resume nuestro viaje:
En fin, aunque por azares del destino no funcionó la presentación, ahí fue la primera vez que adoptamos este diagrama:
Y resulta ser que muchas personas no lograron comprender el mensaje de fondo, así que aclaremos algunas cosas: #1: NO significa que los emprendedores sean «mejores» que los directores, administradores, etc. #2: NO significa que el técnico ignore la oportunidad o que los emprendedores no se centren en el proceso de negocio, etc.
El mensaje de fondo es que aunque existen un montón de oportunidades (emprendimientos) allá afuera y un montón de jóvenes y adultos auto proclamándose emprendedores, la realidad es que los verdaderos emprendedores son pocos.
Pero, profundicemos en el diagrama… la base de la pirámide representa al grueso de la población, una realidad que emana del sistema educativo que tiene nuestro país. ¿A qué nos referimos? Dado que es más «fácil» tener acceso a conocimientos técnicos, una mayor proporción de la población obtiene estos conocimientos y por ende se convierten en una masa crítica mayor. Este tipo de conocimientos forman en las personas (técnicos) una «lógica» centrada en una sola parte del proceso, es decir, se «especializan».
En el segundo nivel encontramos a los administradores, que a diferencia de los técnicos, no se especializan en una parte del proceso, sino que se centran en el proceso como un todo. Ven la imagen desde lejos. De igual forma el hecho de que sean una menor proporción respecto a los técnicos es debido a que los conocimientos administrativos se obtienen a través de una carrera profesional; un grado de escolaridad poco común de alcanzar para la mayoría de la población de nuestro país.
Siguiendo la misma línea subimos al 3 nivel y encontramos a los directores. Este tipo de conocimientos se obtienen con posgrados, de ahí que sea una muestra más pequeña de la población. Lo que distingue a los directores es que son individuos centrados en la persona, es decir, en el equipo de trabajo que dirigen. A diferencia de los administradores, ven el proceso como un conjunto de personas, de personalidades que han de armonizar bajo su dirección. Por ello el director se centra, o debe centrarse, en las personas.
Y finalmente, en la cima, tenemos a los emprendedores. Y se lo que están pensando, entonces ¿los emprendedores estudian más que un posgrado? pues no precisamente, en realidad ninguno «tiene que estudiar», pero el acceso a los conocimientos necesarios para llegar a ser emprendedor es muuucho más «difícil» comparado con los necesarios para llegar a ser administrador, por ejemplo. De tal forma que el emprendedor se vuelve un «garbanzo de libra», como dicen los abuelos. El verdadero emprendedor es algo fuera de lo común y se distingue por el hecho de estar centrado en la oportunidad. Centrado de tal forma que no importa si hay o no hay capital, centrado de tal manera que es capaz de invitar a otros a formar parte del equipo para poder capitalizar esa oportunidad, centrado de tal suerte que dirige, administra y se especializa en cada paso del proceso.
Así que no nos mal entiendan. Como dijo el legendario boxeador Muhammad Ali: «los pájaros vuelan, los peces nadan, yo noqueo personas. Es mi naturaleza». De la misma manera los directores están hechos para dirigir y encuentran su plenitud en ello, igual que los emprendedores encuentran su camino tras una oportunidad. Necesitamos de cada uno para equilibrar el mundo, cada quien su «naturaleza».
Escucha nuestro podcast «Café de Datos» para seguir aprendiendo de emprendimiento.
Así que ya saben, cuando nos vean presentando este diagrama, permítanos explicarlo antes de tirar los tomates jaja… ¡Gracias! y ¡Hasta la próxima!
-Keep it weird-